NUNCA PERTENECERÍA A UN CLUB QUE ADMITIERA A ALGUIEN COMO YO.

dilluns, 10 de desembre del 2012

Alma de artista

A veces deseo tanto llegar a casa que cuando por fin llego no la reconozco. Entonces me pregunto hacia donde he estado yendo todo todo este tiempo.

En el mueble del recibidor no está el vacía bolsillos que te empeñaste en comprar, ese absurdo sábado de noviembre.

Miro por la ventana. El invierno empieza a hacer estragos en los arboles. A la mayoría de ellos se les han caído las hojas, pero alguno parece que todavía resiste el envite de las rachas de viento que hace ya hace demasiados días sopla sin cesar.

Los camisones de la basura y algún que otro conductor despistado iluminan el asfalto con las luces de sus vehículos.

En el edificio de enfrente las luces encendidas me indican que todavía es una hora prudente. Se ven televisiones encendidas, gente cenando....

Suena el timbre del microondas, el risoto pre-cocinado parece que ya está listo, pero como siempre pasa con estos inventos culinarios está ardiendo.

Rutinas, ciclos, invierno, otoño y otra vez invierto. Son al fin y al cabo expectativas no cubiertas. Deseos por saciar. Pasiones por ahogar.