NUNCA PERTENECERÍA A UN CLUB QUE ADMITIERA A ALGUIEN COMO YO.

dilluns, 28 de novembre del 2011

Declaración y contradicción.

Afirmo: "La música comercial actual es estiércol para mis odios."

Hace un tiempo pensé, convencido por un amigo, que no había música buena o mala, que solo existía música que te gusta y música que no te gusta. Hoy cambio de opinión.

En la radio no paran de sonar ruidos extrañamente "comerciales". Cocinados y envasados para putos analfabetos, como tú, que no saben diferenciar el sonido de un bajo o una guitarra, que piensan que Lady Gaga es una artista o que los 40 principales es una buena emisora.

Estáis todos corrompidos por una industria de mierda, que valora más los dólares que el talento. "Profesionales" que serían capaces de montar una exposición de arte y colocar un  Dalí al lado de una cagada de mi sobrino estampada en un papel. Gente que opina sobre la música indie y pop porqué son muy "modernos". Todos ellos (otra afirmación) son basura.

Vosotros podéis seguir perdiendo el tiempo y el dinero en esos personajes patéticos.  Mientras tanto, imaginariamente, mis extremidades se mueven al ritmo de una canción del 80, sin saber que es derecha o izquierda, movidas por el único impulso de un  rock 'n roll sucio y básico.


PD:  El otro día escuché una canción de Pablo Alborán y me gusto!!

dijous, 24 de novembre del 2011

Ayer me senté en una vieja silla de madera en un oscuro patio interior.

Vi verdes bosques a la orilla de un mar enfurecido. Y entre las olas apareció un gran leopardo albino, que no sabía si devorarme o sentarse plácidamente a mi lado. 

Finalmente se acomodó al lado de mi gacela famélica, que estaba triste porqué el agua del mar no consigue saciar su sed.










dilluns, 7 de novembre del 2011

Cuestión de días.

No me atrevo a escribirlo, y todavía me cuesta decirlo en voz alta. He tenido el corazón encogido durante estas semanas. Luego los días pasan y parece que todo vuelve a la normalidad. Pero los recuerdos van y vienen y es en esos momentos donde se entrecruzan sonrisas y sollozos.

La sensación de inmortalidad es tal que hace que habitualmente digamos que no tememos a la muerte. Afirmarlo es sencillo, creerlo casi imposible. 

El ser humano es infinito, pero no su vida en la tierra, por eso me quedo más tranquilo cuando nos abandona alguien, pero demasiado intranquilo cuando pienso en mi vida. 

Seguramente es la ecuación más difícil, deseos y voluntad andan por caminos distintos, sin soluciones ni incógnitas.