NUNCA PERTENECERÍA A UN CLUB QUE ADMITIERA A ALGUIEN COMO YO.

dijous, 24 de novembre del 2011

Ayer me senté en una vieja silla de madera en un oscuro patio interior.

Vi verdes bosques a la orilla de un mar enfurecido. Y entre las olas apareció un gran leopardo albino, que no sabía si devorarme o sentarse plácidamente a mi lado. 

Finalmente se acomodó al lado de mi gacela famélica, que estaba triste porqué el agua del mar no consigue saciar su sed.










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