NUNCA PERTENECERÍA A UN CLUB QUE ADMITIERA A ALGUIEN COMO YO.

dilluns, 7 de novembre del 2011

Cuestión de días.

No me atrevo a escribirlo, y todavía me cuesta decirlo en voz alta. He tenido el corazón encogido durante estas semanas. Luego los días pasan y parece que todo vuelve a la normalidad. Pero los recuerdos van y vienen y es en esos momentos donde se entrecruzan sonrisas y sollozos.

La sensación de inmortalidad es tal que hace que habitualmente digamos que no tememos a la muerte. Afirmarlo es sencillo, creerlo casi imposible. 

El ser humano es infinito, pero no su vida en la tierra, por eso me quedo más tranquilo cuando nos abandona alguien, pero demasiado intranquilo cuando pienso en mi vida. 

Seguramente es la ecuación más difícil, deseos y voluntad andan por caminos distintos, sin soluciones ni incógnitas.

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